La Historia

LA LEYENDA DEL MOSQUETE DE TRAFALGAR

A principios del siglo XIX sucedieron importantes acontecimientos marcados en la Historia donde tres países del continente europeo Inglaterra, Francia y España luchaban sin descanso por tener la supremacía de poder mientras el continente americano se había convertido en una colonia que facilitaba a los países europeos con el suministro de barcos, mano de obra esclava, alimentos y oro.

Son los años de la Revolución francesa a manos de Napoleón, el reinado en España por Carlos IV de Borbón  y en Inglaterra Jorge III junto con importantes líderes militares como “El almirante Hotario Nelson” cuyas decisiones fueron fundamentales para que Inglaterra comenzará a liderar en todos los ámbitos pero sobre todo como principal potencia marítima.

El peñón de Gibraltar es invadido por  los ingleses y España ve como van menguando sus fuerzas por lo que a pesar de que tiene que desembolsar mucho dinero para evitar la expansión en la península por parte de los franceses, ambos se convierten en aliados para luchar como frente común contra la soberanía de Inglaterra.

Las armas blancas han dejado de ser la primera opción en la lucha y la pólvora como principal reclamo se convierte en la munición indispensable para cañones y mosquetes. Se piensa que la disposición de embarcaciones, armas y soldados es suficiente para que la balanza se posicione y de como vendedores a unos u otros.

El 21 de octubre de 1805 tuvo lugar en aguas de la costa atlántica al sur de Cádiz la Batalla de Trafalgar. El ejército español con 15 navíos y el francés con 18 embarcaciones se enfrentaron a los 33 y 4 fragatas de la armada inglesa. A pesar de que el número de embarcaciones dejaba en inferioridad al bando hispano-francés fue un mosquete el que se convirtió en determinante. Esta arma la más utilizada en la época necesitaba del entrenamiento por parte de los soldados para lograr los casi 20 movimientos necesarios instintivamente para ponerla en funcionamiento.  De eficacia relativa tenia un alcance de 200 metros cuando todos los elementos estaban perfectamente calibrados para su disparo.

Comenzada la batalla, entre silbidos y explosiones se pudo escuchar el sonido del disparo de un mosquete en manos de un soldado francés que fue el causante de la muerte “El almirante inglés Nelson” principal mando de la flota lo que provoco el desconcierto de las tropas pudiendo aprovechado para ser reducidos, pero no fue así ya que dos marineros ingleses actuaron como vengadores y con el mismo mosquete dispararon al soldado francés que cayó y sirvió como detonante para que la flota hispano-francesa fuera derrotada y humillada.

Han pasado 200 años y los cuerpos enterrados de “El admirante Nelson” y el soldado francés rememoran la batalla en la que un mosquete con un disparo por cada bando fue suficiente para determinar el final de una decisiva batalla. El mosquete fue más que un arma un instrumento de poder como en otras batallas, símbolo de poder para proporcionar la muerte a los enemigos por lo que es un objeto muy deseado para formar parte de una colección privada. Por ello su destino fue protegido a lo largo de los años invisible para el mundo, presente en la divulgación oral entre grandes líderes, escondido hasta nuestros días. 

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